viernes, 10 de septiembre de 2010

EN EL TEMA DE LA SALUD

El Aborto como problema de salud!




De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud OPS, el aborto constituye la segunda causa de muerte materna en Colombia. Una de cada cuatro de nuestras mujeres aborta por distintas razones y en distintas épocas de su vida. Se practica casi medio millón de abortos por año y el 20 por ciento de las muchachas menores de 19 años llega a las salas de maternidad, algunas de ellas con edades que fluctúan entre los 11 y los 15 años, y con frecuencia llegan solas y abandonadas a su suerte. Es indudablemente un problema de salud pública, agravado en nuestro medio por una política sanitaria absurda que obliga a nuestras mujeres a buscar el remedio para sus males en abortaderos clandestinos. En Rusia1 el 67% de las muertes relacionadas con el aborto ocurrió cuando este se hizo por fuera de una institución médica. El aborto hecho en condiciones inseguras, dice una investigación que se adelantó en África2 , es una de las mayores causas de mortalidad entre las adolescentes africanas, y agrega: “se necesitan urgentemente medidas apropiadas de salud pública para enfrentar el problema de los abortos inseguros”. Una situación parecida a la nuestra fue observada en Costa de Marfil, donde el 60% de las mujeres que abortaron lo hicieron introduciéndose ellas mismas cuerpos extraños en la vagina 3. Aproximadamente, una de cada 5 admisiones en un servicio de Ginecología fue debida al aborto y un número significativo fueron estudiantes que abortaron mediante el uso de drogas o cuerpos extraños intravaginales4 . Un excelente trabajo realizado en la India concluye así: “El aborto inseguro constituye una gran amenaza para la salud y la vida de las mujeres que lo solicitan. Propiciar medidas como el acceso fácil a los anticonceptivos y a los centros hospitalarios donde estos deben realizarse, controla el problema”5 . Estas son apenas unas pocas referencias de las muchísimas a las cuales se puede tener fácil acceso. Otros excelentes estudios e investigaciones sobre el tema pueden leerse en el New England Journal of Medicine correspondiente a los meses de enero y abril del 2004.


No es posible ignorar, entonces, que el aborto constituye un problema serio de salud pública y que las autoridades, y todos los que en alguna forma tenemos que ver con ella, debemos buscarle una solución apropiada.
 
pero debemos pensar que los abortos tambien se dan por la pobresa, gracias a tanta poliquiteria. Aunque no sea una escusa a propiada, pero la, pobreza influye demaciado. se le pide al gobierno mas atencion sobre este tema, en lugar de prestar atencion y recursoso imnecesarios a otras cosas.
 
Implicaciones del aborto en la vida de la mujer




El aborto tiene serias implicaciones en la vida de la mujer, en términos físicos y emocionales6 y, además, despierta el rechazo de sectores importantes de la comunidad, especialmente de los grupos religiosos que lo califican como un homicidio. Sin embargo, no por ser inconveniente, no porque algunos lo rechacen, podemos desconocer su presencia en la sociedad e ignorar el significado médico que tiene y lo impropio de su manejo en nuestro país. El aborto ha acompañado a la humanidad a través de su historia, hasta llegar a nuestra época, cuando su incidencia se ha incrementado por la conjugación de factores sociales, económicos y políticos complejos que están ejerciendo una gran presión sobre el ser humano y particularmente sobre la mujer. Por otra parte, los avances de la ciencia y la tecnología han hecho posible el diagnóstico de muchísimos estados patológicos en el embrión y en el feto que antes sólo podían ser diagnosticados después del nacimiento. Algunas de estas malformaciones, defectos genéticos y enfermedades metabólicas ponen en peligro, no sólo la supervivencia del feto, sino que amenazan, igualmente, la vida de la madre. Otras, compatibles con la vida de los dos, plantean desafíos a la pareja, a la familia, no sólo para la conservación de la armonía y la vida equilibrada y tranquila de los cónyuges, sino para su misma estabilidad económica.



La conservación de la especie no puede justificar la actitud impositiva y violenta que frecuentemente exhibe el hombre sobre la mujer. La mujer tiene igual derecho que el varón de aceptar o no la posibilidad de tener un hijo. Las mujeres en unión conyugal son frecuentemente forzadas por sus esposos a tener uno o muchos hijos más, contra su voluntad. Son los hijos no deseados que la mujer, por temor a perder la seguridad económica y social que le da el cónyuge, tiene que cargar en sus entrañas por nueve meses sin quererlo. Son los mismos que después de nacer se convierten en víctimas de la negligencia de sus padres; son los que van a sufrir las consecuencias de no haber llegado como fruto del amor sino de la imposición, de la violencia del macho. Son los hijos olvidados, abandonados y frecuentemente maltratados que, luego, al crecer y desarrollarse, volcarán sobre una sociedad, que los ha obligado a venir al mundo en tales circunstancias, toda su capacidad destructiva, todo su odio, toda su sed de venganza.



¿Qué razón hay para obligar a la mujer que no lo desea, a tener un hijo con graves defectos morfológicos, metabólicos o de cualquier orden, hoy diagnosticables en el embrión y en el feto? ¿Por qué impedirle que se desembarace de un hijo producto del atropello, de la violación, del estupro, del incesto, de la inmadurez de la madre ó del fracaso de los métodos anticonceptivos? ¿Qué razón existe para obligar a una mujer joven, que por ligereza o por ignorancia quedó embarazada, a sacrificar su proyecto de vida para tener un hijo de cuya crianza no puede responsabilizarse? ¿Por qué castigar a la madre que es obligada por circunstancias como las descritas a acudir al aborto? ¿Por qué segregarla, señalarla, aislarla, estigmatizarla y hacerla objeto de toda clase de oprobios?

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